"El verdadero poder de la música (del arte) radica en el hecho de que puede transmitir los sentimientos de un modo en que el lenguaje no puede hacerlo" (Gadner, 1987).
Educar haciendo uso de las artes visuales o plásticas, de la música o de la expresión corporal es educar con sentimientos, sensaciones o emociones. Educar sin palabras. El arte tiene la capacidad de penetrar en lo más profundo del ser y jugar con él, sacarlo a caminar sin salir de una habitación, hacerle sentir rabia, fuerza, alegría o tristeza sin decir nada y le hace creer que puede entender lo incomprensible.
El arte nos define, delimita nuestra identidad y la del grupo. Nos da la capacidad para comprenderse y comprender los diversos significados que compartimos con el resto a través de los artefactos culturales. El arte impregna toda nuestra vida, puesto que el arte dota de lo humano al ser humano: el ser humano es arte en todos sus aspectos.
El experto en educación artística Eisner (1995), planteó una dicotomía en el resto de profesionales en educación y aprendizaje de las artes. De esta forma, la primera postura, denominada esencialista, comprende el arte como un elemento portador de experiencia unida a la expresión, a la representación y a la sensibilidad, así, el individuo es capaz de conocer emociones y experiencias que la mayoría de las áreas del conocimiento no saben transmitir. Por otro lado, la postura contextualista atiende a lo que se puede atender mediante el arte, los fines de este, están al servicio del contexto y a las necesidades del grupo, como por ejemplo, fomentar la autoestima o la integración.
Arte como movimiento de recuperación o reconstrucción social del ser, cómo un planteamiento educativo y, sobre todo, artístico. Intervenir mediante arte es una manera menos reguladora de recuperar la esencia del ser humano, recuperar sus sentidos y emociones, enseñar a sentir y a transmitir, enseñar a ser. La experiencia artística, es agudizar sentidos y sensibilidad, es búsqueda de recursos artísticos para simbolizar de forma alternativa el lenguaje, comunicar sin palabras.
La educación social ampara las artes bajo su ámbito de acción integradora y dinamizadora, colectivas como la infancia o sectores en riesgo de exclusión, entre otros, ven en las artes una vía de crecimiento y construcción de su identidad. Pese a esto, en la actualidad: ¿el arte es un elemento tan importante como debería serlo en la acción educativa?, ¿se tiene en cuenta el arte para la reinserción en nuestra sociedad?, realmente, ¿existe el arte para todxs?
Educa con arte.
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