A lo largo de estos años las materias se han centrado, mayoritariamente, en los y las menores en situación de desprotección y/o desamparo.
Pero… ¿qué pasa con las personas mayores?
Los recursos habituales para la tercera edad son bien conocidos: Clubs de jubilados, centros de día, hogares asistidos, Nau Grau, Universidad popular, residencias, Centros Municipales de Actividades para Personas Mayores…
Ahora bien, en la tercera edad volvemos a ser dueños de nuestro tiempo y tenemos la oportunidad de incidir en las vocaciones personales.
Podemos hacer aquellas cosas que, por las obligaciones propias de la vida, no pudimos realizar en etapas anteriores.
De este modo, hay dos concepciones de vejez que conviven en este comienzo del nuevo siglo. El modelo deficitario, basado en el modelo médico tradicional que, en torno a los cambios biológicos, conceptualizó a la vejez en términos de déficit y de involución, y el modelo de desarrollo, basado en la necesidad de redefinir la vejez como una etapa diferente de la vida pero también plena de posibilidades.